¿Te atreves?

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24 dic 2009

Navidad, ¿dulce? Navidad

Te despiertas, aún es pronto, pero no tienes más sueño. ¿Qué haces? Te levantas, aunque sin ganas, desayunas algo y vuelves a la habitación con tal de no escuchar el silencio que inunda la casa. Abres las persianas, dejando que la triste luz grisácea filtrada por los hilos de niebla que cubren el lugar iluminen tenuemente la habitación. Deberías estudiar, deberías ponerte a declinar y a traducir textos muertos, a inspeccionar los rincones de cualquier olvidada obra de arte... Pero la ves, está ahí, llamándote de nuevo. Con las cálidas sábanas y las suaves y gruesas mantas... Y, claro, no puedes resistirte. Acompañada por la suave melodía de un piano mal afinado (mentira), vuelves a meterte bajo las sábanas. Enciendes la luz, esa de la lámpara medio fundida que tantas noches te ha hecho soñar con quien, dicen, no debes. Y coges un libro, ese que te dieron ayer por la tarde, el que menos prisa te corre, pero el que más apetecible se presenta. Y lees.
Una, dos, tres, y cuatro horas, sin hacer otra cosa más que leer, pasar páginas, observar la lluvia caer y el cielo romperse en pedazos.

Parece un día tranquilo, ¿verdad?

Mentira. Llega la tarde, y te pones frenéticamente a buscar alojamientos, coches, dinero, dinero, ¿qué hago?, ¿dónde duermo?, ¿qué comeremos? Llama; llama y reserva antes de que nos quiten el sitio. Y consigues todo lo mandado, te sientes tremendamente feliz, y necesitas decirlo, contarlo, gritarlo... Pero la persona que debería saberlo no está a tu lado en estos momentos; intentelo de nuevo más tarde.

Y ahora... ¿Ahora? Ahora se avecina lo peor.

Llega la noche de copas de más y abrazos de menos. De poner la caja de la felicidad a todo volumen con tal de no tener que decirse nada. Los gritos y más gritos con tal de cortar la poca felicidad que se respire en el ambiente. Las sonrisas sarcásticas, nerviosas, de compromiso. Las miradas acusadoras, recelosas, frías. Y te preguntas: ¿Qué hago yo aquí? Preferiría seguir en mi cama con un buen libro en la mano.

Pero al menos, esta noche, quiero que llegue. Por que algo cambiará, no sé si para bien o para mal. Al menos, esta noche, tendré una respuesta preparada para la maldita pregunta de todos los años.

2 comentarios:

  1. Wow... no te imaginas lo muxo que coincidí con esta dulce fecha contigo, sami :)

    Fue horrible... festividades que no sirven mas que para recordar los problemas familiares, y a pesar de ello, querer tener una feliz navidad.

    Aun tienes ese estilo de escribir q tanto me gusta, sigue asi! Asi seguire siendo fiel al blog, vale?

    Muxos saludos sandra, se te recuerda cn cariño =)
    y fuerza!

    Mauro. Ex JP xD

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  2. Oléee esa referencia a Mother 3, sa ninia shula.

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