¿Te atreves?

¿Te gusta escribir? ¿Leer? ¿Quieres compartir tus palabras con gente como tú? Entonces... ¿A qué esperas? Entra y descubre un rincón donde poder expresarte.

16 ene 2010

5. Efectos



Andrea vuelve, con un par de bandejas cargadas de todo tipo de comida; café, zumo, leche, donuts, galletas, cereales, frutas… Lo va repartiendo por la mesa, de forma en que todos podamos llegar a los alimentos. Observo a Aiden, que mira agradecido a la chica. Pero es una mirada… Extraña. Mientras nosotras dos empezamos a comer –la verdad, no me había percatado del hambre que tenía-, el se limita a darle vueltas a su taza de café humeante.
-Tú, come algo. Ni que sea una galleta –escucho que dice Andrea.
-No tengo hambre.
La discusión comienza a alargarse, aunque con cierta calma; es como si fuera una rutina para ellos. Por suerte, alguien rompe con su diálogo; la chica de mi habitación le da un pequeño golpe en la cabeza a Aiden, haciéndole callar, mientras se sienta en su lado.
-Oh, Dios mío. Andrea, ¿por qué has traído tanta bollería a la mesa? ¡Sabes que estoy a dieta!
-Amber… Come. Mira este delicioso donut de chocolate… Oh, vamos, lo he cogido para ti.
No sé por qué, pero no puedo evitar romper a reír al ver la escena, lo que vuelve a conseguir que la gente se fije en mí. Algunos empiezan a murmurar cosas que seguro que tienen que ver conmigo, pero intento ignorarles. Con un suspiro, apuro mi zumo de naranja y miro a la gente que me acompaña en la mesa. Un anoréxico, una preñada y una enana marimandona. Parpadeo, ya que empiezo a verles extrañamente borrosos. Andrea, consiguiendo meterle el dulce en la boca a la otra chica, se fija en mí. Descifro su ceño fruncido, pero un martilleante dolor de cabeza me hace agachar la mirada. Noto sus manos agarrando mi brazo, tirando de mí, y pronto el bullicio de la sala empieza a apagarse. Siento mis pies flotar mientras soy arrastrada por el pasillo de color blanco.
-Irmina. ¿Me oyes? ¿Te encuentras bien? –su voz suena distorsionada, lejana-. Llamaré al médico.
Y entonces es cuando caigo. Algo me hace tropezar, y mi cuerpo se abalanza sobre el suelo, convertido de pronto en un mar de aguas claras. Mi cuerpo comienza a hundirse mientas extrañas anguilas de colores empiezan a rodearme. Al fondo, en la oscuridad, un bonito carrusel brilla con luces anaranjadas, como en una eterna puesta de sol. El payaso me sonríe, mostrando sus afilados dientes, invitándome a subir al león de fuego. Lo acaricio, pero me gruñe, e intenta morderme, así que salgo corriendo, o nadando; ya no sé ni lo que hago. Y de nuevo, en mi cabeza, escucho voces distorsionadas mientras un camino blanco y sedoso aparece ante mis ojos.
-Gracias por traerla, Andrea. Empieza a sentir los efectos de la abstinencia… Lo único que podemos hacer es…
La voz se va apagando, privándome de saber qué es lo que van a hacer conmigo. ¿Qué, qué, qué? ¿Qué es lo que van a hacer? Nada. Silencio. Tan solo las nubes me acompañan. Pero siento algo en mi interior. Como un rayo, como un chute, como un vaso de caldo caliente calentando mis entrañas. Solo que por todo el cuerpo. Es como… Un fuego en el invierno. La lluvia del verano. Un atardecer acompañado. Es como saltar de un puente, como volar por el cielo. Como encender la televisión, como ver un conejo saltando por las nubes, como un orgasmo. Como estar viva. Pero, en el fondo, me siento muerta.
Las nubes se tornan oscuras a mí alrededor, un rayo cae sobre mi espalda, fulminante, calcinándome. Y vuelvo a caer, más rápido, más veloz, chocando con un muro marcado con las letras de la realidad. Aparezco en la cama de la habitación, sola, sudorosa, impregnada en frío. La luz entra, tenue. Un sonido chirriante suena cerca. La puerta del baño, entornada, se mueve lentamente.
-¿Hola…? –pregunto algo asustada.
Intento moverme, pero no puedo. Mi cuerpo está pegado completamente a las sabanas. Mi respiración se agita, cada vez más nerviosa. En el baño no consigo ver más que oscuridad. Pero no, hay algo más, una figura se mueve. La veo, la escucho. El sonido de sus pasos golpea mi mente con fuerza. Mis ojos se mueven veloces, atisbando cada milímetro de la puerta. Ahí está. La veo. Con su despampanante traje rojo y sus zapatos de tacón, acercándose lentamente a mí, contoneando todo su cuerpo con aires de superioridad. Sonríe de la única manera que sabe; con odio, con desprecio. Y me mira, riéndose de mí.
-Michelle… -murmuro.
Ella simplemente asiente, sin borrar su sonrisa. A su alrededor, formas extrañas, vaporosas, oscuras, se mueven. Invaden la habitación, ocupan las paredes, el techo, el suelo. Veo cómo una de ellas empieza a trepar por las sábanas de mi cama.
-Mi pequeña Irmina… -comienza a decir-. ¿Por qué estás aquí? ¿Por qué no vienes con nosotros? ¿Acaso te gusta este sitio?
-¡No! –replico, sintiendo esa masa oscura llegar a mis pies.
-Ay… Eres tan egoísta. Tu aquí, de fiesta. Y nosotros preocupándonos por ti…
-No, no, no quiero estar aquí…
La cosa llega a mi vientre, se detiene, me mira. Sus ojos son brillantes, aunque negros, y me miran sin ningún tipo de expresión. Tan solo es oscuridad, sin forma alguna, que continúa moviéndose hasta llegar a mi pecho.
-Ayúdame –suplico.
-Tú tienes la solución, Irmina. Tú eres la que decide.
Su mano se acerca a mi rostro. Consigo ver una pastilla en su mano. Blanca, pura, contrarrestando con el monstruo que se acerca a mi boca, cada vez más grande, cada vez más oscuro. Veo una flor marcando la pequeña partícula de productos químicos. Mi salvación. Abro la boca, estirando el cuello, intentando evitar que la masa oscura entre en mi interior. Michelle comienza a reír, dejando caer la pastilla. Durante una fracción de segundo, la veo detenerse en el aire, a punto de caer. Consigo despegarme de las sábanas, cogiéndola. De pronto, todo se vuelve blanco.

3 comentarios:

  1. Lol.. XDDDDDD efectos y paranoyas a piñón.
    Osea, Michelle, entra en su habitación, para darle otra pastilla a la yonky? XDDDDD

    ResponderEliminar
  2. Nooo!! Está alucinando! XDDu Es por que necesita droga, pero en el hospital logicamente no se lo van a dar. Si no, ¿por qué habrían esos monstruos oscuros? @.@

    ResponderEliminar
  3. Esto me recuerda a... Mejor me callo. Este capítulo se me ha hecho corto, ¡a ver cuando vemos más!

    ResponderEliminar